POLÍTICA: INDIGNIDAD EN MONDRAGÓN.

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Casi de manera coincidente con la cesión por parte del PSOE de una secretaría de la Mesa del Congreso, el PNV encabeza la negación a la aprobación de una moción de censura a la Alcaldesa de Arrasate-Mondragón, cuyo objetivo era que la mayoría democrática de la Corporación ocupara el sillón que ha manchado de indignidad la actual Alcaldesa.
Creo que el problema que no acaba de entender el PNV con esta actitud es el de que la ciudadanía vasca se ha cansado en algunos temas de rebuscados ditirambos de carácter político. Es posible que el análisis realizado por Egibar y compañía tenga que ver con la crítica a la Ley de Partidos o con la necesidad, tantas veces repetida, de no alejarse de ese espacio político para recoger las nueces y, de paso, algunos votos futuros de ese nacionalismo extremo. Pero vuelven a equivocarse, porque ya –creo, al menos- no se trata de política.
La cuestión que se dirime es de puro humanismo, de pura dignidad, de ética convivencial. Las gentes necesitamos rostros humanos que puedan devolver la mirada a esa hija de Isaías, a esa viuda desconsolada. Era el filósofo lituano-francés Levinas, si no recuerdo mal, quien en su obra Humanismo del otro hombre fijaba la ética en la mirada de esa viuda, una mirada que ordena el amor, la solidaridad, esa caridad laica elemental. Es, nos recordaba Levinas, el rostro del otro, del pobre, de la viuda, del huérfano quien nos ordena la ética. E Isaías, sus hijas, sus viudas tienen rostro.
No sé si entro en caminos complejos cuando pienso que ése ha sido el gran salto en la lucha contra el terrorismo en Euskadi desde el asesinato de Miguel Angel Blanco fundamentalmente. El terrorismo triunfa cuando convierte a su víctima en objeto (un guardia civil, un militar, un periodista, un judío, un socialista…), cuando les roba su identidad íntima y única, cuando consigue deshumanizarlo. En esta deshumanización (cuyo extremo estuvo en el nazismo o en Pol Pot en Camboya) se consigue la quiebra del acercamiento al otro y, por ello, del sentimiento compartido. Pero cuando la víctima recupera el rostro, cuando hay mirada (¡gracias a esa hija de mirada infinita y serenidad suprema!), se nos remueven las entrañas (también Levinas hablaba de una ética de las entrañas, del corazón limpio, puro, directo), la solidaridad de lo humano. Acierta en eso Miguel Buen, secretario de los socialistas gipuzkoanos, cuando habla de elementos prepolíticos, de una ética básica humana previa a la política. Soy un ingenuo creyente en las ideas ilustradas (recuérdese el nombre de este blog en lo ingenuo) y pienso que los avances económicos y sociales conllevarán en algún momento avances morales. En ese momento, el pueblo vasco, con sus votos, pondrá en su lugar a los indignos de Mondragón y de todo el mundo. Se lo debemos a la familia de Isaías y a tantos que han sufrido y siguen sufriendo. Hagamos una apuesta por la dignidad, la ética y la decencia. La política, mañana.
6 comentarios
Dialga -
ANIMO!!!!
Naturactiva -
ESCRIBE!!!!!!!!!
Naturactiva -
Laura -
Bezo goddo
Mischkyn -
Laura -
Por otro lado, creo que te equivocas al pensar que los avances morales vendrán de los económicos y sociales. Corren por separado, y la presencia o no presencia de unos no depende en absoluto de los otros.
(Aunque ya sabes que yo te doy "siempre" la razón en todo).